Sin duda a todos nos encantaría que las facturas bajaran un poco para así darnos un pequeño respiro. Por ello hoy os vamos a dejar unos pequeños consejos para que la cuesta de septiembre sea más llevadera. Te sorprenderá lo fácil que es ahorrar con pequeños gestos.
Pintar las paredes y el techo de un color claro hace que ganes en luminosidad y, en consecuencia, consumes menos luz. Este consejo parece una tontería pero os aseguramos que notareis la diferencia.
Cambiar todas las bombillas por otras de bajo consumo, por cada una de ellas se ahorra unos 8 € al año. Si tienes 30 en casa, son unos 240 € anuales.
Los leds, son todavía más eficientes y se usan cada vez más en decoración doméstica. Aunque su precio es un poco mayor, no solo consumen menos, sino que ofrecen más durabilidad (25.000 horas frente las 5.000 de las de bajo consumo), obtienen su máxima luminosidad instantáneamente y no se deterioran por sucesivos apagados y encendidos.
Manten limpias las bombillas, ya que la suciedad absorbe la luz y consume más electricidad para lograr una determinada intensidad. Hazlo a menudo, siempre con la bombilla apagada. Repite la misma operación con las pantallas de las lámparas.
Dejar los electrodomésticos o el ordenador con el piloto encendido encarece la factura eléctrica entre un 5 y un 16%. En lugar de apagarlos por el mando y dejarlos en stand-by, enchúfalos a una regleta con interruptor. Así, con tan solo apagarla los desactivas del todo.
Súbe las persianas durante el día para que entre la luz del sol y caliente la casa de forma natural y bájalas por la noche para proteger la casa del frío. Puedes hacer lo mismo con las cortinas (cuanto más gruesas mejor). Refuerza el aislamiento de las ventanas con burletes.
Las alfombras también te ayudan a dar calidez a suelos “fríos” como los de mármol o porcelánicos.
Si hay habitaciones que no usas, no es necesario que gastes en calefacción en ellas. Cierra las puertas, para que el calor se concentre en la parte de casa que más frecuentas, hasta puedes cerrar la llave de sus placas. Con este gesto puedes ahorrar entre un 5 y un 8% de energía.
Los sistemas de doble descarga o de interrupción de esta son los más adecuados para reducir el consumo de agua. Si tienes una cisterna antigua, puedes adaptarlos sin problemas.
Instalar un aireador a la grifería, se compran en la ferretería y se enroscan al caño del grifo. Este dispositivo mezcla aire con agua sin que eso afecte a la presión del agua y reduce un 50% el consumo. O por ejemplo los limitadores de caudal se instalan fácilmente en la boca del grifo e impiden que este se abra más allá de un ángulo predeterminado. También pueden instalarse en la ducha. Así, el consumo de agua de los grifos pasa de 15 a 8 litros por minuto y el de la ducha de 20 a 10 litros.
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